Introducción
La traumatología dental ha dado un salto cualitativo gracias a la magnificación y a protocolos de estabilización más conservadores. En ese contexto, la fractura radicular horizontal (FRH) ha pasado de ser una lesión de pronóstico incierto a un cuadro altamente manejable cuando se diagnostica y se trata con método.
En el Centro de Formación en Endodoncia Clínica y Microscópica, abordamos la FRH no solo como un evento traumático, sino como una situación clínica que exige lectura diagnóstica precisa, estabilización temprana y criterio restaurador a medio plazo. En este artículo revisamos los principios clave y las técnicas recomendadas para un manejo predecible bajo magnificación.
¿Por qué es tan importante un manejo protocolizado de la FRH?
Un diagnóstico y tratamiento estructurados marcan la diferencia porque:
- Preservan el diente evitando extracciones innecesarias.
- Guían decisiones (tipo de férula, tiempo de uso, indicación real de endodoncia).
- Favorecen la cicatrización al reducir la diástasis y el microtrauma.
- Protegen el periodonto y la estética, especialmente en fracturas cervicales.
- Mejoran la experiencia del paciente con menos intervenciones y mejor seguimiento.
En odontología microscópica, la FRH se valora con periapicales dirigidas, CBCT de campo reducido cuando procede y exploración bajo magnificación, lo que permite actuar con máxima precisión y mínimo daño colateral.
Principios básicos en el manejo de la FRH
1. Diagnóstico dirigido y documentado
- Radiología estratégica: periapicales con angulaciones orto-, mesio- y distorradial; CBCT limitado si la imagen es dudosa o para planificar.
- Clínica con criterio: el fragmento coronal suele ser el móvil; el apical permanece estable y vital. Las pruebas pulpares pueden ser falsamente negativas en las primeras semanas.
- Registro inicial: movilidad, diástasis, oclusión y fotografía; no demorar la estabilización por esperar pruebas adicionales si la sospecha es alta.
2. Reposición atraumática y ferulización flexible precoz
- Objetivo: devolver el fragmento coronal a su posición y estabilizar con férula flexible (alambre 0,3–0,4 mm o fibra + composite) que permita higiene.
- Tiempos orientativos:
- Tercio apical/medio: 4 semanas.
- Tercio cervical: hasta 4 meses, según movilidad y periodonto.
- Buenas prácticas: férula supragingival, control de oclusión y evitar férulas rígidas o tiempos excesivos (mayor riesgo de anquilosis).
3. Conducta pulpar conservadora y tratamiento dirigido
- No se indica endodoncia de rutina. Se vigila evolución clínica y radiográfica.
- Si hay necrosis/infección del fragmento coronal (dolor persistente, fístula, radiolucidez progresiva):
- Endodoncia del fragmento coronal hasta la línea de fractura.
- Desinfección meticulosa; si procede, hidróxido de calcio temporal.
- Barrera biocerámica/MTA en el plano de fractura y obturación del resto del coronal.
- El fragmento apical no se instrumenta salvo indicaciones excepcionales.
Control clínico y seguimiento
Durante el proceso terapéutico, el control incluye:
- Agenda: 2 semanas (higiene y síntomas), 4 semanas (retirada de férula salvo cervical), 8–12 semanas, 6 y 12 meses, y anual hasta 5 años.
- Qué vigilar: síntomas, movilidad, respuesta pulpar en el tiempo, radiolucidez, signos de reabsorción.
- Cuidados del paciente: dieta blanda inicial, cepillado suave e interproximal, control del dolor y refuerzo de higiene en férulas prolongadas.
Ferulización flexible: clave para la estabilidad y la cicatrización
El éxito depende de estabilidad sin rigidez:
- Materiales habituales: alambre fino o fibras adhesivas con composite.
- Ajuste sin tensión, respetando márgenes gingivales y facilitando la higiene.
- Revisión periódica de integridad de la férula, oclusión y tejidos blandos adyacentes.
Ventajas del uso del microscopio en el manejo de la FRH
El microscopio cambia la manera de abordar estas lesiones:
- Visualiza la línea de fractura y la diástasis con más claridad.
- Precisa la reposición del fragmento y el colocado de la férula.
- Reduce el trauma operatorio y mejora la predictibilidad del seguimiento.
- Facilita la documentación clínica y la comunicación con el paciente.
Por ello, la formación con magnificación es una inversión clave para quien busca resultados consistentes en trauma dentoalveolar.
Conclusión
La fractura radicular horizontal no equivale a perder el diente. Con diagnóstico dirigido, estabilización temprana y una conducta pulpar conservadora, la mayor parte de los casos evolucionan hacia una cicatrización funcional y estable. La magnificación aporta el control finísimo que exige cada decisión.
En el Centro de Formación en Endodoncia Clínica y Microscópica, formamos a profesionales para que dominen no solo la técnica, sino también el criterio: cuándo ferulizar, cuándo tratar y cuándo dejar que el tiempo biológico haga su parte.

